Sorihuela  está  situado a 60 kilómetros de Salamanca, en la zona sudeste de la provincia, junto a la  N-630 (Gijón-Sevilla), a  mitad de distancia entre Guijuelo y Béjar, y cruzada a su vez  por la carretera comarcal 102, que se inicia a un kilómetro y nos dirige a Piedrahita (Ávila). Su buen enclave  permite un fácil y cómodo acceso a gran parte de poblaciones: Salamanca, Cáceres y Madrid.

Situado a 1007 metros de altitud  sobre el nivel del mar y una superficie de 20,50 kilómetros cuadrados, cuenta con una población de 411 habitantes, de los cuales 205 son varones (50%) y 206 son mujeres (50%).

Situada a 12  kilómetros de Béjar, pertenece a esta comarca, cuyas tierras  estuvieron  habitadas por  los vettones, pueblo de origen indoeuropeo, cuya principal ocupación era la ganadería, e hicieron los primeros asentamientos en estos lugares con anterioridad a los romanos.

En  el  siglo  XIII,  hay  referencia  de  gestas  que protagonizaron gentes de Sorihuela junto con Béjar, Candelario y Santello. Estas  comunidades formaron parte de la mesnada que el Obispo de Plasencia don Domingo formó  para luchar junto con el monarca Castellano Alfonso VIII en la batalla de las Navas de Tolosa, librada en  tierras de Jaén el 16 de Julio de 1212. Su símbolo, la cruz florlisada o flordelisada, figura en el escudo, junto a los utensilios primarios de los canteros. Está en el mismo corazón de la  antigua  Vettonia de los celtíberos, que se extendían desde el río Tormes al Tajo y desde la sierra de Gredos a la de Gata.

De la denominación romana tenemos, muy cerca, como muestra más significativa los restos de la famosa  "Calzada de la Plata", vía  importantísima de comunicación entre Mérida y Astorga; que atravesaba esta comarca de Sur a Norte, siguiendo un trazado más o menos paralelo a la actual N-630 (Gijón-Sevilla).

¿Cómo se asentó nuestro pueblo en estos parajes?

En el lugar donde hoy se asienta Sorihuela existían hace mucho tiempo, grandes bosques de  robles,  negrillos,  fresnos  y chopos, bañados por un pequeño riachuelo (Valvanera), que producían abundantes pastos y que alimentaban rebaños de ganado ovino y caprino durante la trashumancia  entre Castilla-León y Extremadura (Ruta de la Plata) y cordeles aledaños, algunos por nuestros campos.

Esta trashumancia fue protagonizada por mucha gente pastoril procedente de Soria, que fue haciendo sus descansos y  construyendo las primeras chozas, majadas y rústicas viviendas, que con el paso de los años se convirtieron en tribus, clanes y poblados, a  los que ponían nombres muy relacionados con los pueblos de origen: Sori-Soria/ Sorihuela/ Huela pequeña.

Sin embargo, en sus alrededores se han encontrado restos de tumbas romanas en el enclave llamado: "El Maguillo", conocido más comunmente por "El Calvo".

El  paisaje  natural es de lo más variado. En la parte norte puede contemplarse el típico de la  meseta, con  amplias  zonas  llanas,  normalmente dedicadas al cultivo de cereales, y prados de pasto para el ganado vacuno y ovino; en la parte oriental predominan también los prados y las pequeñas elevaciones pobladas de robles, fresnos, olmos, dejando las superficies cercanas al río para cultivo de patatas y otras hortalizas.

En  la   parte  más  alta  de sus montañas el terreno es agreste, duro y accidentado, con abundancia  de  rocas graníticas y escasa vegetación, que permite la contemplación de bellas panorámicas. Las canteras de granito, su extracción y labrado, han sido  un medio de vida para muchas familias, además del ganado y los pequeños cultivos.

Es continental, con inviernos fríos y veranos calurosos. Las importantes alturas que alcanza la cercana Sierra de Béjar hace que  perdure la nieve bastante parte del año y esta zona sea muy visitada por esquiadores y montañeros.

Según  datos  obtenidos  por  vecinos de esta localidad, la construcción de la iglesia parece situarse a principios del  siglo  XVII,  aunque tiene vestigios anteriores de estilo románico y mudéjar. Fue elaborada con piedra de granito sobre un montículo central  del pueblo. Edificio de grandes proporciones, con esbelta torre y hermoso campanario. Su planta tiene forma  de cruz latina, cuyo crucero está cubierto con una  bóveda celeste decorada con frescos; artesonado posterior sencillo, mudéjar; el retablo  del altar Mayor de la escuela Castellana. Los altares laterales barrocos, con interesantes esculturas de los siglos XVI y XVII; el coro en madera de roble y la pila bautismal en granito.

La ermita, situada a las afueras del pueblo, construida también con piedra de granito, está dedicada al Cristo de Valvanera, cuya talla es del siglo XVIII.

Sorihuela  ha sido  rica en artesanos, canteros, carpinteros, herreros, zapateros, obrador de artesanía textil, dedicados a  elaborar  herramientas  y  utensilios  propios para sus trabajos, a partir de materias primas existentes.

Productos  típicos  de huerta,  patatas revueltas con  torreznos, sopas de sangre de la matanza, y además, destaca su rico embutido y la calidad de sus legumbres.

Las fiestas  patronales tienen lugar el 14 de septiembre, festividad del Santísimo Cristo de Valvanera y  el 20 de enero,  festividad de su santo patrón:  S. Sebastián; con sus correspondientes procesiones, subastas y ramo o canciones. En los últimos años se ha procedido a la ampliación de las mismas con la celebrada el 15 de agosto, día de la patrona de la Parroquia.

Las  canteras y talleres de granito son las industrias que realmente hacen que el pueblo se mantenga en auge, sin perder   habitantes e incluso ganándolos. La ganadería, construcción, industria cárnica, molino y el sector de servicios son otras  actividades que  ayudan a dinamizar económicamente al municipio.

El terreno de regadío suele ser muy escaso, soliendo estar dedicado a leguminosas, hortalizas, tubérculos y prados. Aunque el suelo no tenga marcadas preferencias, virtualmente está dedicado a dos cultivos, las alubias y las patatas. La razón de esta preferencia reside en el aspecto económico pues siendo las alubias uno de los buenos cultivos de este suelo y muy bien retribuido, da al pueblo una marcada renta en los años de buena cosecha.

El cultivo de la patata va en segundo lugar y se ha reducido mucho, quedando supeditado al consumo familiar, debido a la escasez de agua que nos afecta. El cultivo de la remolacha y nabo, ha quedado reducido a la mínima producción, aunque en otros tiempos no fuera así ya que se utilizaban para la crianza y el mantenimiento de ganado, también se cultivaban cereales de regadío como el lino, hasta el punto de denominarse hoy linares las parcelas que se dedicaron a este tipo de cultivo, en la actualidad estos linares se utilizan para el cultivo de cereales o patatas. Aun siendo este suelo apto para el cultivo de distintas especies queda reducido el elemento fecundante que es el agua y por lo tanto decisivo llevar a cabo su reparto.

Ayuntamiento de Sorihuela

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Salamanca

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